Bitcoin y Ethereum: un análisis comparativo
Desde la aparición de Bitcoin en 2009, las criptomonedas y la tecnología blockchain han cambiado el panorama financiero. En este contexto, Ethereum y Bitcoin se han convertido en las dos criptomonedas más destacadas. Si bien ambas se basan en la tecnología blockchain y comparten algunas similitudes, cumplen diferentes propósitos y tienen características distintivas. Este breve artículo profundiza en un análisis comparativo de Bitcoin y Ethereum, explorando sus orígenes, funcionalidades y otras características.
Origen y propósito
Bitcoin, la primera criptomoneda de la historia, fue lanzada en 2009 por una persona o un grupo de personas anónimas llamado Satoshi Nakamoto. Tal como indica su white paper, el propósito principal de Bitcoin es servir como una moneda digital descentralizada, permitiendo transacciones entre pares sin la necesidad de intermediarios como las instituciones financieras tradicionales. El objetivo de Bitcoin (BTC) es ser una alternativa segura y transparente a las monedas tradicionales.
La red Ethereum fue concebida por el programador Vitalik Buterin. Él, junto con otros cofundadores, lanzó la red Ethereum el 30 de julio de 2015 con Ether (ETH) como su token nativo. La red Ethereum fue diseñada para ser más que una moneda digital. Es una plataforma descentralizada que permite a los desarrolladores crear e implementar contratos inteligentes (smart contracts) y aplicaciones descentralizadas (dApps).
Blockchain y mecanismos de consenso
La blockchain de Bitcoin está diseñada para manejar un conjunto limitado de transacciones, centrándose en la seguridad y la descentralización. Utiliza el mecanismo de consenso Proof of Work (PoW), donde los mineros resuelven problemas matemáticos complejos para validar transacciones y asegurar la red. Como recompensa, reciben nuevos bitcoins minados. Sin embargo, la potencia computacional necesaria requiere grandes cantidades de energía. Por esta razón, PoW es criticado por su impacto ambiental.
De manera similar, Ethereum se basa en la tecnología blockchain y utilizó Proof of Work durante sus primeros años. Sin embargo, Ethereum hizo la transición a Ethereum 2.0, que ahora utiliza Proof of Stake (PoS) como mecanismo de consenso. En PoS, los validadores son elegidos para crear nuevos bloques y validar transacciones en función de la cantidad de monedas que poseen y están dispuestos a hacer "staking" como colateral. PoS es más eficiente energéticamente en comparación con PoW.
Contratos inteligentes y aplicaciones descentralizadas
El lenguaje de programación de Bitcoin tiene una funcionalidad limitada y se enfoca principalmente en el procesamiento de transacciones simples. Como se mencionó antes, el objetivo principal de Bitcoin es ser una moneda digital para el comercio en línea. Como consecuencia, prioriza la seguridad y la simplicidad sobre la programabilidad. Si bien Bitcoin admite contratos inteligentes básicos, sus capacidades no se acercan a las de Ethereum.
Por otro lado, Ethereum tiene un lenguaje de programación que es Turing completo llamado Solidity el cual permite a los desarrolladores crear contratos inteligentes complejos y aplicaciones descentralizadas. Esta plataforma permite una amplia gama de aplicaciones más allá de las transacciones simples, como plataformas de finanzas descentralizadas (DeFi), tokens no fungibles (NFT) y más.
Escalabilidad
La red Bitcoin está limitada por un tiempo promedio de creación de bloques de 10 minutos y un límite de tamaño de bloque de 1 megabyte. La red puede procesar un número limitado de transacciones por segundo, alrededor de 7, lo que genera congestión y tarifas de transacción altas durante períodos de alta demanda. Hay algunas soluciones propuestas para este problema de escalabilidad, como la red Lightning Network, que permite transacciones fuera de la blockchain.
Hoy en día, Ethereum puede manejar entre 15 y 30 transacciones por segundo. Sin embargo, la popularidad de DeFi y NFT en esta red ha provocado períodos de congestión severa que pueden generar tarifas de transacción altas y tiempos de transacción más lentos. La transición a Proof of Stake tenía como objetivo mejorar la escalabilidad y la eficiencia energética. Además, se propuso el "sharding" o fragmentación como otra solución para este problema. La fragmentación implica dividir una cadena en partes más pequeñas llamadas "shards" o fragmentos. Cada fragmento puede procesar transacciones independientemente de los demás. Esta estrategia aumenta el rendimiento al distribuir la carga de trabajo de la red.
Política monetaria
Bitcoin tiene un límite de oferta fijo de 21 millones de monedas. La cantidad de nuevos bitcoins que se otorgan a los mineros se reduce a la mitad cada cuatro años o cada 210,000 bloques. Esto se denomina un evento "halving".
Ethereum no tiene un suministro máximo. No obstante, Ethereum 2.0 introdujo un mecanismo para quemar una parte de las tarifas de transacción, lo que reduce efectivamente el suministro en circulación. Esto hace que la política monetaria de Ethereum sea de alguna manera deflacionaria.